Hoy en día uno de los conceptos más abstractos y complicados de definir es el éxito; esas cinco letras que provocan un silencio incomodo cuando nuestros labios la pronuncian o cuando intentamos definirla. Esa palabra que nos hace querer replantear nuestra vida e incluso la vida de otras personas.
En muchas universidades y trabajos ponen esa frase de “alcanzar el éxito”, como si ellos supieran qué significa, y es que, culturalmente (en muchas ocasiones) se define en dinero, poder, fama o belleza. En nuestra cultura y en nuestro país se define mayormente como un concepto monetario.
Un concepto en el que se ve como una persona exitosa a aquella que viaja mucho, que tiene carros lujosos, el mejor celular y una casa de ensueño, se llega a envidiar a las personas que materialmente tienen eso y más, pero no se piensa en plantearse uno mismo si de verdad eso es el éxito en la vida de cada persona, o si sólo se trata de cosas materiales.
Es muy confuso para los universitarios entrar a esa etapa porque es cuando quieres comerte el mundo, cuando la sociedad te dice que debes tener el mayor de los éxitos para ser un gran profesionista, para ganar mucho dinero y construir tu casa, tener una familia y hasta varios perros corriendo en tu jardín.
La triste realidad llega cuando esa etapa universitaria termina y al salir nos damos cuenta de que no tenemos ni idea de lo que esas cinco letras significan y que probablemente no tiene nada que ver con el dinero, ni con lo material, tampoco tiene nada que ver con tener una familia o hijos. Me atrevo a decir que probablemente no tiene ni sentido todo lo que social y culturalmente se nos enseña.
Pero empezamos a plantearnos y a reflexionar eso hasta que estamos en un punto de nuestras vidas en las que parece que no tenemos nada, que estamos en el hoyo, que estamos solos, desempleados, sin rumbo o pasando por momentos que nos tienen a las tres de la mañana con una ansiedad que no nos deja pensar claramente lo que tenemos.
Me tomé la libertad de preguntarle a algunas personas si se sienten exitosos y en qué parte de su vida habían sentido que ya lo estaban logrando y, claro, qué significa el éxito para ellos. La mayoría presentó ese síntoma del silencio incomodo que dura aproximadamente cinco segundos.
En lo que también coincidieron fue que hay una edad y un punto de madurez en el que entiendes que no se basa en una sola cosa, y que ni siquiera es tangible.
Entonces ¿a qué se refieren esas frases universitarias de medir tu éxito? Yo no llego a comprenderlo del todo, pero empiezo a darme cuenta de que eso es justo lo que te enseñan en la universidad: te dan las herramientas para que en el futuro puedas llegar a tenerlo, aunque la frustración post universitaria es más normal de lo que pensamos.
El éxito es tan empírico y tan personal que sería imposible darle un significado universal; para muchas mujeres eso significa ser madre y tener una casa bonita, para otras se trata de tener el trabajo de sus sueños y ser jefa en aquello que las apasiona y, por supuesto, que para otras personas es algo monetario, tomando en cuenta que muchas cosas se consiguen gracias a eso, aunque no todo.
El éxito también significa dejar atrás cosas, personas y momentos que ya no son parte de nuestro crecimiento, y aquí entra la palabra clave: crecimiento. Eso, me parece, es lo que nos hace definirlo en cada uno de nosotros; definirnos como exitosos cuando hemos llegado a ese punto de crecimiento en el que podemos respirar antes de pensar en qué punto de nuestras vidas estamos.
Llegados a ese punto también dejamos de juzgar a otras personas respecto de lo que los hace crecer, lo que los hace amar su vida y tener un sentido; ya sea trabajar, ser padres, dibujar, cantar y hasta escribir cada semana una pequeña reflexión sobre algo que nos apasiona.
Tener un camino aquí en la vida es para muchos, complicado de comprender y de alcanzar. Tener un propósito en la vida es una de las cosas más complicadas de descubrir porque ya sabiendo lo que quieres y cual es tu camino, se vuelve un poco más fácil seguirlo
Es importante mencionar que encontrar ese éxito y crecimiento en nosotros mismos, no significa que jamás nos sintamos frustrados o que no volveremos a estar perdidos en otro momento de nuestras vidas, pero entonces ya tendremos las herramientas para volver a alcanzar el éxito.
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